El 11 de febrero de 2024, Giuseppe Coppotelli, ex administrador de la fallida sociedad Pegaso, admitió ante el liquidatore que su gestión fue deficiente, mencionando gastos excesivos en cenas y juegos de azar. Coppotelli, de 56 años y con antecedentes penales por drogas, está siendo investigado por bancarrota fraudulenta e intestación ficticia de bienes. Se le vincula con una red de prestanombres en los presuntos negocios ilícitos de una organización criminal liderada por el promotor inmobiliario Angelo De Santis y su socio Marino Bartoli, ambos actualmente en prisión.

. Angelo De Santis, un immobiliarista con legami nella finanza frusinate, se jactaba de su cercanía con Rinaldo Scaccia, director general de la Banca Popolare del Frusinate. Según las acusaciones, De Santis mantenía relaciones con individuos con antecedentes penales para gestionar diversas empresas. Su actividad abarcaba desde subastas judiciales hasta la administración de campos de pádel. En mayo de 2021, durante una investigación, la policía descubrió un capannón en Frosinone, donde se habían instalado cinco campos de pádel por la empresa Sport Mode, de la cual De Santis era administrador.

Sin embargo, el lugar había sido clausurado por abusos edilicios. En el sitio, se encontraron logos de la sociedad Pegaso y furgonetas asociadas.. En octubre, el tribunal de Frosinone declaró la quiebra de la sociedad Pegaso, que, según la acusación, era controlada por De Santis y Bartoli. Las interceptaciones revelan que ambos discutían sobre la posibilidad de obtener un préstamo para adquirir un inmueble de otra empresa, también vinculada a un prestanombre.

Sin embargo, los antecedentes penales de Coppotelli complicaron la situación con el banco. Pegaso, utilizada para emitir facturas falsas y obtener créditos, tenía un destino sellado. La historia se extiende hasta Luxemburgo, donde se encuentra Fasanara Investments, que impulsó la quiebra de Pegaso por una deuda de 342 mil euros.. La empresa Pegaso se vio envuelta en un escándalo financiero tras ceder a una financiera luxemburguesa un crédito basado en facturas falsas.

Estas facturas, que pertenecían a una conocida cadena de supermercados, fueron reconocidas como fraudulentas por los supuestos deudores. Los fondos anticipados desaparecieron de las cuentas de Pegaso, que también utilizó este mismo método con otros bancos internacionales. En octubre de 2021, el tribunal de Frosinone declaró la quiebra de Pegaso a solicitud de la financiera luxemburguesa. En dos años, la empresa recibió facturas por operaciones inexistentes por un total de 8 millones de euros de otra compañía controlada por De Santis y Bartoli.

El exadministrador Coppotelli admitió ante el curador que la gestión fue deficiente, mencionando gastos excesivos en cenas y juegos de azar.